Cumpleaños e historias sobre nacimientos
Círculo trigésimo cuarto.
En cuarto menguante de septiembre {domingo 29}, Año de la Serpiente de Agua {2013}.
Acompañando la celebración del cumpleaños de la Abuela Lourdes.
Fuego, tabaco medicinal y tejido.
Historias sobre nacimientos.
¿Dónde fue? En la casa de la abuela Lourdes (Resguardo Muisca de Cota).
¿Cómo se convocó?
Porque las historias del origen son de muchas clases… compartiremos las historias de nuestros nacimientos. Mejor si puedes venir con tu madre o tus hijos. Y si no sabes cómo fue, es una buena oportunidad para averigüarlo con quienes más cercanos hayan estado a los acontecimientos (empezando, obviamente, por mamá, y si ella no está disponible puedes contar con otros familiares, tías, abuelas, amigas cercanas a tu madre… un parto no pasa desapercibido). Descubramos cómo influye nuestro pasado más lejano (al menos en esta vida) con nuestro presente más reciente…
Algo sobre el círculo…
Pasado más de un mes desde nuestro último encuentro y con días tan llenos de hechos y cambios como han sido estos meses para mí, siento que el círculo estaba dormido y lo ha despertado el llamado de las abuelas, pues gracias a ellas he tomado la determinación de reiniciarlos. Este fue programado sin pensarlo ni planearlo demasiado, y al momento de publicar la invitación en la página me di cuenta de que uno de los temas que tenía en órbita para el siguiente encuentro eran los nacimientos, y que una de las motivaciones con que se invitaba al círculo era el reciente cumpleaños de la abuela Lourdes. Las dos cosas encajaban a la perfección, y así convoqué a este encuentro que era, a la vez, un tejido entre dos círculos que han orbitado cerca durante casi dos años y también una suerte de renacimiento para ambos.
La abuela Lourdes lleva varios años convocando este círculo de palabra, siempre acompañado por la medicina amorosa del tabaco que se comparte como una planta sagrada, con todo el respeto que eso implica. Muchas veces estuvo acompañándola la abuela Colibrí, que en los últimos meses ha estado revoloteando por otros cielos y en medio de otras flores, y ya vendrá a contarnos las historias de sus aventuras. Como su vuelo significó un cambio grande en la rutina del espacio, el círculo de las abuelas cerró un ciclo y entró en un periodo menguante, después del que siempre llega el novilunio, cuando todo se detiene por un instante sólo para volver a comenzar de nuevo. Ahora, el círculo renace de nuevo bajo la amorosa invitación de la abuelita Lourdes, que nos abre las puertas de su casa para reunirnos alrededor de un fuego sagrado y compartirnos su medicina, su escucha, su sabiduría y su amor.
Así también, para los círculos de historias que acaban de celebrar su 33° encuentro ha sido un novilunio, pues se vivieron tantas cosas en este mes que siento que hace mucho no los hacía y hasta olvidé las rutina que solía tener para estas convocatorias (como tomar apuntes del encuentro para compartirlos aquí, o apuntar los nombres y correos de quienes asisten por primera vez). Y siento que los encuentros han ido mutando, y que el espacio en estos meses se ha consolidado en su personalidad anárquica (como lo definieron últimamente), donde por toda ceremonia nos sentamos en círculo y compartimos historias personales. Creo que son tiempos de permitir que lo que está oculto aflore y siento que así ha estado floreciendo la personalidad oculta de este círculo que nació sin saber muy bien cómo hace casi tres años, y que me ha cambiado, alimentado, enseñado y hecho crecer. Y así el espacio renace como un encuentro de igualdad, abierto para cualquiera que desee participar, en el que todos venimos a contar o escuchar con el corazón abierto, a compartirnos las experiencias, las aventuras, los aprendizajes, la vida, sin miedo ni pretensiones, sin juicios ni lamentos, sin cabezas ni colas. Un encuentro amoroso en torno al compartir y compartirnos, mirándonos a los ojos y tocando nuestros corazones.
Y así también se unió un cumpleaños (el pasado círculo 33, que para mí fue un cumpleaños) con otro (el de la abuela Lourdes) y un renacimiento con otro, en dos círculos que se han alimentado mutuamente por el solo hecho de existir y seguir circulando. Lo que me recuerda que lo importante del círculo no es lograr nada, producir nada, pretender nada. El círculo se reúne porque debe reunirse, porque es importante seguirnos sentando, seguir contando, seguir cantando y tejiendo juntos. Porque así es como se tejen comunidades, amistades, familias. Porque así nos conocemos y reconocemos y comprendemos que no somos distintos, que todos sentimos lo mismo, seamos quienes seamos.
Así que en verdad este fue un bonito encuentro, lleno de historias, dulzura, cantos y medicina. Y aunque olvidé apuntarme recordatorios de las historias que se contaron aquella tarde, salvé estas tres perlas que quedaron apuntadas en mi cuaderno…
*:*:*
Creemos que las cosas tienen más valor en la medida en que más difíciles nos resultan.
Pero, ¿qué tal si dejamos de vivir desde la dificultad y aprendemos a vivir desde el amor y la felicidad? ¿No tendría eso más valor?
Y sin embargo, también esa es una tarea difícil…
*:*:*
No puedes sanar a nadie si no te sanas primero a ti mismo.
Y eso implica abrazar tu lado oscuro.
Enfrentarte a tus nudos, para poder deshacerlos.
*:*:*
No sientas miedo de cerrar, pues siempre que algo se cierra, algo se abre.
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Con esto, cierro este escrito. Y deseo que en todos sus caminos se contemplen bellos nacimientos.