Perigeo
No puedo escribir sobre lo que hablamos en el círculo de mujeres. No porque no me esté permitido, como lo he hecho hasta ahora…
sino porque no sabría de qué hablar. Para poder hablar sobre lo que se habló en el círculo tienes que estar en el círculo, pues es tanto lo que se habla, lo que se comparte, lo que se calla, que no hay un Tema.
La gente me pregunta de qué hablamos en el círculo. La verdad es que nunca sé qué contestar. Hablamos montones de cosas. ¿qué de todas ellas? ¿qué me parece lo más importante? No, no quiero categorizarlo. Se dijeron cosas. Muchas de ellas sorprendentes para mí. Otras alegres. Otras ininteligibles, oscuras. Otras claras y luminosas. Otras tristes pero sanadoras. Otras, que no sabía qué hacer con ellas. Otras que sospechaba, o que llevaba mucho tiempo buscando.
Y no hablamos nada, también. Porque un tema se hila punto a punto, y hay tantos puntos que ya se convierten de nuevo en un tapiz que sólo puedes apreciar cuando lo ves completo, esto es, cuando lo ves tejerse. Pues, ¿cómo más podrías verlo completo si no lo conoces, punto a punto? {o verías una imagen necesariamente falsa de él}.
pero el círculo no tiene imagen. no tiene tema.
.
es de una . es de todas . no es de ninguna
.
el círculo se mueve siempre
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continuamente cambia. muta.
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se transforma. no puedes controlar en qué.
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pues eso depende de todas
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y a veces, sólo de una:
¿vamos o no vamos al baile?
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una lección para todas: no te aguantes las ganas.
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y no lo hicimos… al final.
Gracias a todas por compartir, en esa noche, la luna llena más grande que se ha visto en casi dos décadas.
Hasta el próximo círculo.