Ocho de Marzo
No, no publiqué nada aquí sobre el día de la mujer. Quizás no lo hice porque es una fecha que se está empezando a perder en la banalización de lo comercial, del ramo de flores y el chocolate, sin que nos detengamos a comprender la dimensión de lo que significa necesitar un día de la mujer para recordar cómo deberían tratarnos. Pues sí… no me gusta hacer las cosas «porque toca», prefiero hacerlas cuando siento que debo hacerlas. Hoy leí este poema, escrito por Gioconda Belli, que me parece que habla mejor de lo que debería ser en vez del «Día de la Mujer»… Así que sentí que debía compartirlo.
Ocho de Marzo
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres,
¡Qué poco es un solo día, hermanas,
qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!
De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos
-toda la atropellada ruta de nuestras vidas-
deberían pavimentar de flores para celebrarnos
(que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó
las floridas avenidas postradas de pena de Londres).
Nosotras queremos ver y oler las flores.
Queremos flores de los que no se alegraron
cuando nacimos hembras en vez de machos.
Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris
y de los que nos vendaron los pies.
Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio
para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina.
Flores del que se metió en la cama de noche
y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía.
Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado
y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas.
Queremos flores del que nos condenó a muerte
forzándonos a parir a riesgo de nuestras vidas.
Queremos flores del que se protege del mal pensamiento
obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo,
del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte.
Queremos flores de los que nos quemaron por brujas
y nos encerraron por locas.
Flores del que nos pega, del que se emborracha,
del que se bebe irredento el pago de la comida del mes.
Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos testimonios,
flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras
y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género.
Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos
donde el agua de nuestros ojos se hace lodo;
arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos,
de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.
Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.
Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.
Gioconda Belli.