Del círculo de abuelas en la Maloka Vientre de Mujer
Les cuento que ayer estuve en compañía del grupo de mujeres y hombres reunidos en la maloka huitoto Monifue Uruk, en el Jardín Botánico de Bogotá, guardada por dos abuelas huitoto del Amazonas, Yupemi y Muidocuri, que viven ahora en territorio muisca.
Se compartió la palabra de las abuelas y de los asistentes, cantos, danzas, ofrendas, chicha, frutas… paz, amor y unidad.
La Abuela Margarita, que nos visitó desde México, compartió algunos secretos de su sabiduría ancestral… entre otras cosas, que el cambio viene por la mujer, que ya es tiempo de dejar de estar calladas y sumisas, que la mujer debe empoderarse nuevamente, en el buen sentido, esto es, recuperar el lugar sagrado que ha perdido, entender su lugar, su misión y su responsabilidad en el estado de cosas actual en el mundo.
Estamos en el tiempo en que los saberes ancestrales se deben compartir en círculos abiertos, para recuperar la memoria que hemos perdido… hemos olvidado quiénes somos. Pero el que sabe quién es, ya no busca maestros, sino que se dedica a ayudar a los demás. Es una invitación a recordar (que no a aprender, pues el saber ya está en nosotrxs)… recordar el poder que llevamos dentro, recordar nuestra esencia divina, recordar que somos luz y amor.
Compartimos la palabra, como en los tiempos antiguos, en los que los mayores eran honrados por su experiencia y su sabiduría y los jóvenes nos acercábamos a ellos con respeto y curiosidad. Porque los saberes deben ser transmitidos. Porque si los mayores no hablan, a nadie dejarán su legado, su aprendizaje. Porque si los jóvenes no preguntan, ¿dónde está entonces su interés? ¿Quién enseñará las costumbres a los niños?
Otra Abuela (no supe su nombre) nos enseñó danzas y cantos para honrar nuestra energía femenina, honrar nuestra luna y encontrar la divinidad en los ojos del otro. El aroma de incienso del copal nos envolvió y llevó al cielo nuestras plegarias. Los niños, siempre corriendo, jugando y riendo, alegraron con sus dibujos llenos de mensajes de amor todo el lugar. En caras {des}conocidas nos reencontramos, nos redescubrimos y nos sonreímos. Cantamos a la luna llena y a las mujeres, al agua y a las cuatro direcciones. El tambor de la danza azteca retumbó en las almas e hizo vibrar los corazones. Los danzantes ofrendaron por la vida, por la Madre, por el cielo, por el maíz. Se agradeció, se oró, se compartió. La luna se asomó, enorme, redonda y hermosa, sobre las copas de los árboles, elevándose en el Oriente, justo a la entrada de la maloka. Parecía resplandecer de gusto por la bella energía emanada de la reunión.
La abuela Yupemi sembró una intención para que se una el conocimiento de todas las tribus. En sus propias palabras, para «unirnos como en una sola totuma y construir una sola olla de barro. Que el espíritu de la Madre nos siga uniendo. No miremos las diferencias… todos necesitamos de la Madre Tierra, pues en el aire no podemos sembrar. Que desde el vientre nazcamos todos otra vez transparentes… Como dicen los abuelos, que seamos un solo espejo, que seamos una sola totuma, una sola semilla para todos… Mujeres y hombres somos un solo espíritu, un solo pensamiento…».
Al finalizar las danzas y el encuentro {que nadie quería finalizar}, las sonrisas se contagiaban en todas las caras y un sentimiento de unidad y amor se irradió desde ese corazoncito de Bogotá donde el concreto ha sido vencido por la madera y la vegetación. Y las abuelas de la Maloka nos abrieron sus puertas, para cualquiera que desee visitarlas en ese espacio sagrado, en medio de la ciudad, donde ellas están todos los días con los brazos, los oídos y el corazón abierto para quien necesite su consejo, su palabra o su sola presencia. La puerta de la maloka, como el vientre de una madre, está siempre abierta para todos sus hijos cuando lo necesiten. Por eso se llama Monifue Uruk: «la Madre que une a sus hijos en un solo vientre para compartir con el que venga, de donde venga». Ahó.
¿Dónde y cuándo fue?
Jueves 8 de marzo de 2012, 2 a 9 pm.
Celebrando el despertar de nuestra sabiduría como mujeres sagradas.
Danza. Gira. Florece. Cúrate.
Maloka Monifue Uruk – Jardín Botánico (Av. Calle 63 # 68-95).
Semillas del cielo en la Tierra. Compartir de saberes en las artes de la vida.
¡Respira, Danza, Gira, Sana, Florece!
Ven con tu baile, música y voz.
Entrega, acciona y crea
Maloka … Vientre de Mujer.
muchas gracias por esto. yo también llevo varios grupos mujeres aquí en Inglaterra y me ha encantado estar en contacto con vosotras.
Hay tanto qué hacer!
Es verdad, Paloma. Creo que la magia de los círculos está en los «tejidos» que se hacen, tanto al interior del círculo, como entre diferentes círculos motivados por la misma energía bonita del corazón…