Hablando de control natural de la fertilidad
NOTA: Esta entrada se escribió como una ampliación al post del Círculo sobre ginecología y anticoncepción natural.
Una de las cosas que aprendimos en el Círculo sobre ginecología y anticoncepción natural En vez de usar un término negativo como anticoncepción, ¿por qué no buscamos palabras más amables para definir cuestiones que nos importan tanto? No se trata de anticoncebir, sino de decidir cuándo se quiere concebir. Lo que queremos es conocer nuestra fertilidad y ser capaces de decidir autónomamente cuándo queremos quedar embarazadas y criar un hijo, o cuándo preferimos dedicar esa energía a sacar adelante un proyecto propio en el mundo.
¿Por qué los fármacos no son la opción ideal?
Ya no es un secreto (aunque lo es todavía para muchas) que las mujeres solo somos fértiles durante un par de días de cada ciclo menstrual, específicamente en nuestra ovulación. Antes y después de esos días específicos no se dan las condiciones para un embarazo. Entonces, ¿por qué debemos tomar una pastilla durante todos los veintitantos días del ciclo con un fármaco que altera drásticamente nuestro sistema hormonal y cuyos efectos secundarios no se han estudiado juiciosa y masivamente a estas alturas del supuesto avance científico?
Ya empiezan a publicarse estudios que revelan un claro aumento en la incidencia de depresiones y suicidios en las mujeres que planifican con métodos hormonales, pero eso no lo mencionan los noticieros ni los reportajes dominicales del periódico. Tampoco se difunden los efectos secundarios de métodos como la T de cobre, que se ofrece como una alternativa de planificación no hormonal sin mencionar que puede generar, entre otras cosas, una intoxicación severa por metales pesados en el organismo.
Y no hablemos de los otros múltiples síntomas que muchas mujeres reportan ciclo tras ciclo relativos al uso de hormonas para planificar, que pueden ser tan simples como un dolor de cabeza o tan complejos como el desarrollo posterior de quistes ováricos y miomas uterinos.
Las mujeres somos cíclicas por naturaleza. Cuando inhibimos esa ciclicidad bruscamente, la verdad es que no sabemos cómo eso afecta a nuestros cuerpos. Pues básicamente, los fármacos hormonales que nos venden para planificar inhiben la ovulación, y esto significa una bomba en el funcionamiento de todo nuestro sistema endocrino. Sin ovulación no hay realmente ciclo, pues es ella la que pone todo el sistema en marcha. Hasta el sangrado que tenemos mientras usamos estos fármacos es falso, y fue fabricado químicamente como un efecto teatral para que pensemos que, como seguimos sangrando cada tanto, todo sigue marchando bien con nuestros cuerpos.
Nos hemos tragado los efectos secundarios de la pastilla sin chistar, simplemente porque al desconocer el funcionamiento normal de nuestro ciclo, no sabemos qué es lo anormal y lo pasamos por alto.
Voy a citar aquí dos fragmentos de una entrevista a Alexandra Pope, experta en la píldora anticonceptiva, y que está publicada completa aquí.
«Hoy en día la píldora todavía se promociona como una forma de “controlar nuestra vida”. Lo irónico es que no sólo “no controlas”, sino que estás controlada por un medicamento. El verdadero sentido de “llevar el control” procede de conocer cómo funciona nuestro cuerpo valorando los cambios mensuales rítmicos como oportunidades de autodescubrimiento y cuidado propio, así como de acceso a las profundas fuentes de poder que el ciclo nos revela. ¡Eso es la verdadera libertad!”».
«(…) Es muy triste que no se anime a las mujeres a conocer el funcionamiento de su propio ciclo menstrual, negándoles así la oportunidad de experimentar el método anticonceptivo más poderoso, el conocimiento de su propia fertilidad. Con dicho conocimiento las mujeres tienen verdadero control sobre sus cuerpos, y la capacidad de elegir desde su posición de poder. Se asume hoy en día que las mujeres son incapaces de manejar su fertilidad por sí mismas y que tienen que ser controladas por la medicina. Esas ideas pertenecen al siglo XIX, no al siglo XXI».
Entonces ¿cuáles son las alternativas?
La única alternativa a la ginecología médica occidental es retomar el conocimiento sobre nosotras mismas y sobre nuestros cuerpos. Necesitamos entender cómo funcionamos. Necesitamos encontrar lo que nos alimenta. Necesitamos reconocer qué funciona para nosotras. Necesitamos entender que no estamos metidas en un cuerpo estándar que se supone funcione igual durante todos los días del año y trabaje y produzca en un ritmo fijo e ininterrumpido para «asegurar» la cadena productiva (que según algunos, al parecer, es lo que mantiene la rotación del planeta).
No somos solo las mujeres: todo en el universo es cíclico. Pero la naturaleza nos dotó a las mujeres de un recordatorio bastante evidente de esta verdad. Las mareas vienen y van, las estaciones vuelven cada año y nuestras hormonas suben y bajan semana a semana. Pero nuestro ciclo hormonal personal es una mezcla tan única, tan dependiente de tantos factores (genéticos, ambientales, energéticos, nutricionales, circunstanciales), que nadie nos puede dar una receta infalible sobre lo que pasa en nuestros cuerpos, o lo que deberíamos hacer al respecto. Necesitamos observarnos. Necesitamos entender cómo funciona a nivel general, para descubrir allí nuestras pequeñas particularidades, entender por qué unos días somos más productivas que otros, cuándo somos más sociables, cuándo necesitamos encerrarnos o salir corriendo a la montaña o a la playa a recargar baterías.
Y lo mejor es que en este conocimiento de nuestros ciclos encontramos también las claves para gestionar nuestra fertilidad de una manera verdaderamente autónoma, pues somos conscientes de lo que está sucediendo en nosotras. Entonces no tenemos que bombardear nuestros cuerpos adormecidos todo el tiempo con pastillas, sino que podemos decidir qué días son de cuidarnos y cuáles de disfrutarnos, cuándo necesitamos un método de planificación y cuándo nos podemos relajar.
El tema es amplio y explorar aquí todas las alternativas que hay es algo que verdaderamente excede este espacio. Tú misma necesitarás mucho tiempo para aprender sobre todo esto y para empezar a bucear y conocerte. Pero es un viaje que vale la pena. Piensa que cada hora dedicada a conocerte son varias horas de sufrimiento que ahorrarás en el futuro, cuando empieces a decidir más sabiamente a tu favor y no en tu contra. Ese es el boleto de oro que quieres alcanzar, el que te permitirá vivir una vida más plena, sana y autónoma. No es poco aunque tampoco es fácil. Pero si quieres empezar ya, te dejo algunas herramientas que se compartieron en el círculo y otras de cosecha personal que te ayudarán en tu búsqueda:
Sobre métodos de planificación:
- Los ciclos y la píldora anticonceptiva.
- La monogamia como factor de subfertilidad.
- Françoise Soler: “El método sintotérmico da a la mujer el poder de comprender su ciclo y su fertilidad”.
- Método sintotérmico: qué es y cómo ponerlo en práctica.
-
‘Me quería morir’: cómo las píldoras anticonceptivas pueden arruinarte la vida
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El anticonceptivo femenino que todos quieren ocultarte… Artículo sobre el diafragma, un método de barrera para ser usado por las mujeres.
- Medicina de mujer, proyecto de Laura Contreras, una de las asistentes al círculo, que trabaja diferentes corrientes de medicina holística y tradicional enfocadas en la mujer, en lo relativo a la autogestión de la salud como de la fertilidad. Ella también comercializa en Colombia el microscopio Ovatel para detectar la ovulación en la saliva. Si quieren contactarla, escríbanme a info@mujeresencirculo.org
- Cuaderno menstrual (diseñado por Sonia Ro). Una herramienta para aprender a explorar y conocer tu ciclo menstrual.