A propósito del trabajo en la casa
«Un hombre llega a casa del trabajo y encuentra a sus tres hijos en el jardín aún con los pijamas puestos jugando en el barro, con cajas de comida vacías y los envoltorios de éstas esparcidos por todo el jardín.
La puerta del carro de su mujer estaba abierta, así como la puerta de entrada de la casa y no había señales del perro.
Cuando entró encontró aún mayor desorden… Una lámpara caída en el suelo y la alfombra estaba arrugada contra la pared.
En el salón la televisión estaba a todo volumen con un canal de dibujos animados y la salita de estar estaba cubierta de juguetes y ropa.
En la cocina la pila estaba llena de platos, cubiertos, vasos y jarras, el desayuno derramado por la mesa, la puerta de la nevera abierta de par en par, la comida del perro tirada por el suelo, un vaso roto debajo de la mesa y un pequeño montón de arena detrás de la puerta.
Inmediatamente subió las escaleras saltando por encima de todos los juguetes y más montones de ropa buscando a su mujer, preocupado por si estaba enferma o le había ocurrido algo serio.
De camino a la habitación, vio como corría el agua por debajo de la puerta del cuarto de baño y cuando entró vio las toallas empapadas de espuma y más juguetes por el suelo, kilómetros de papel higiénico amontonado y pasta de dientes untada por el espejo y las paredes.
Entró corriendo al dormitorio y encontró a su mujer acurrucada en la cama, en pijama y feliz leyendo una novela.
Ella le miró, le sonrió y le preguntó qué tal le había ido el día.
Él la miró furioso y le preguntó, – ¿pero… mujer! ¿Qué diablos ha pasado hoy aquí?
Ella volvió a sonreír y le dijo: – ¿Recuerdas que cada vez que llegas del trabajo me preguntas qué coño hago todo el día?
-Sí, contestó él mirándola incrédulo.
-PUES HOY NO LO HICE…»
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El trabajo en casa envejece, embrutece y nadie lo agradece.
!MUJERES!
La vida es corta, ¡disfrútala!
Limpia si debes…
¿Pero no sería mejor pintar un cuadro o escribir una carta, hornear galletitas o una torta, pasarle la lengua a la cuchara o plantar una semilla, reflexionar sobre la diferencia entre querer y necesitar?
Limpia si debes… pero no hay tanto tiempo…
Con toda la cerveza para tomar, ríos para nadar y montañas para escalar, música para escuchar y libros para leer, amigos para querer y vida para
vivir…
Limpia si debes…
Pero el mundo allá afuera con el sol que te da en los ojos, el viento en tus cabellos, la nieve que cae, un chaparrón, este día no volverá de nuevo.
Limpia si debes…
Pero toma en cuenta que la vejez llegará y no es linda… Y cuando te toque ir -e irte deberás- ¡tú misma te convertirás en polvo!