Círculo de historias de amor a la vida
Círculo sexagésimo cuarto
Luna nueva. Eclipse de sol.
Círculo de historias, en la casa de Nina Curo, El fogón de las abuelas (Bogotá)
Sábado 11 de agosto, en el verano del año del Perro de Tierra (2018 E. C.)
Así se convocó
Ven a compartir tus historias de amor a la vida. Levántate junto a nosotras a decir: «¡Sí, yo quiero estar viva!», y celebremos juntas el estar aquí, el respirar, el existir. En círculo celebremos la vida ahora.
La vida sale a bailar de contenta,
cuando la gente ama.
La vida se tibia,
cuando la gente abraza.
La vida te da un beso apasionado,
cuando la gente se deja sentir.
La vida te arrebata de amor y siembra
cuando te aman y tú amas.
La vida es un regalo cada día,
cuando la gente sonríe.
La vida sigue el camino de la tierra,
cuando la gente reza.
Me gusta enamorarme
sólo para no olvidar cómo es la vida.
Siento en el encuentro con el otro
un viaje luminoso con mi cuerpo
que me lleva a lo sagrado
reconociendo el origen.Nina Curo, Luz en el camino de la Tierra.
Algo sobre el círculo
Llega con viento suave… la palabra cierta, que acompaña el día en el Fogón de las Abuelas. De esta manera contamos historias para celebrar la vida.
Sonia nombró a su abuelita y luego cada una, pasando hilo dorado, continuamos… tejiendo la vida, con esas historias de Amor a la vida, quizás hablando en presente, con voz sabia. Al haber compartido —o estar compartiendo—, con las abuelas, nuestros pasos terrenos son más cálidos.
Sonia hizo de anfitriona del círculo y de la casa. (Gracias hermanita, me sentí realmente bien). Calor, amistad, nuevos rostros, abrir la puerta para ser libres, conversar, mi casa. El fogón estaba contento, flores blancas y violetas, tabaquito, frutas. Una linda niña, un hermoso niño, madres, abuelas, amigas, hermanas.
¡Gratitud!
Sábado de círculo de mujeres contando historias de amor a la vida.[Texto de Nina Curo]
Un círculo para celebrar la vida, y para recordar a nuestros abuelos. Pues, ¿qué mejor forma de celebrar la vida que contando esas viejas historias? Las historias que hablan de la vida, observan la vida, recuerdan la vida, aprenden de la vida, enseñan de la vida. Y al recordar a nuestras abuelas, con sus historias de vida, su tiempo de vida, su profunda relación con la vida, su experiencia de vida, entonces celebramos también su vida.
Hubo historias de amor a la vida de muchos colores, algunas dolorosas también, porque el dolor también forma parte de la vida. Historias con finales tristes, o situaciones duras. No importa si una historia es aparentemente feliz o aparentemente triste, pues no se trata de eso. Algo como la vida tiene que ser celebrado en su luminosidad y su sombra, en toda su extensa gama de emociones, de sensaciones, de experiencias.
Fueron historias de amor a la vida celebrada en memoria de nuestros abuelos. ¿Quién tiene más experiencias que ellos? Los que han vivido más que nosotros, los que llegaron aquí primero, los que han tenido más tiempo que nosotros para explorar un poquito más la naturaleza de este mundo. ¿Y de qué más íbamos a hablar sino de ellos en el Fogón de las Abuelas?
Fue un espacio sencillo, cálido y amoroso en la casa de Nina. El altar con el fuego, el tabaco, los alimentos, el recuerdo de mi abuela. El pequeño caos que siempre traen los niños, que nos recuerdan que las cosas no son tan en serio como queremos creer. Al fin y al cabo -ellos lo saben- somos nosotros quienes les hemos dado significado a todas las situaciones, los objetos, las experiencias que tenemos. Un niño simplemente vive, siguiendo sus impulsos de cada momento,
Y así, en círculo, compartiendo, recordamos que amar la vida es abrazarla. Atravesarla, contemplarla, vivirla. Amar la vida es no rehusar vivir la experiencia. Como viene, lo que viene. Rendirse a lo que es, a lo que tiene lugar, a lo que ya está ahí. Amar la vida es aceptarla, no juzgarla, permitirle ser como ella es. Sin negar lo que duele, o lo que no querríamos que fuera.
Y es también saludar a la muerte. (A ella, a la Señora Muerte, le agradecemos por otro día más de vida).
¡Salud!
Sabiduría circular
- La muerte es un portal para perdonar o resarcirnos y, cuando ya no nos queda nada por hacer, soltar algo que ya no nos sirve.
- No hay que tomarse las cosas tan en serio.
- A veces, por tratar de decir algo «correctamente» no digo lo que quiero.
- ¿Por qué tener miedo de envejecer? Disfruta la etapa en la que estás.
- Para amar la vida no necesitas tener una gran experiencia, nada sensacional. Solo disfrutar el presente que habitas.