Círculo de historias sobre desapego
Círculo quincuagésimo quinto
Luna en Leo. Cuarto Creciente
Círculo de historias en la casa de Martha.
Jueves 1 de junio, en la primavera del año del Gallo de Fuego (2017 E.C.)
Así se convocó
Círculo en cuarto creciente compartiendo historias (curiosamente) sobre desapego. Esta aparentemente contradictoria coincidencia no fue planeada, pero debe ser porque el desapego en verdad nos ayuda a crecer.
Ven y compártenos cómo se ha sentido tu desapego (¿a qué? A lo que quieras contarnos…).
Qué te ha enseñado, cómo lo has atravesado y de qué manera te ha hecho crecer.
Algo sobre el círculo
«Dolor es el precio que pagas por resistir tu vida».
John-Roger
Nos apegamos a algo cuando no nos creemos completas. Cuando sentimos un vacío en nuestro interior. Cuando pensamos que no podremos sin ese algo o ese alguien en nuestras vidas. Cuando nos sentimos insuficientes. Cuando no estamos empoderadas. Cuando no estamos bien plantadas en nuestros propios pies. Cuando tenemos miedo. Cuando nos sentimos solas [y aquí abro un paréntesis: «¡Momento!», me dirás, «¿Cómo puedo no apegarme a alguien cuando justamente lo que necesito es que ese alguien me acompañe y me mime y me llene de atención y cuidados, justamente porque me siento sola?». Y es en ese momento que yo te pido que te enfoques en eso: ¿Por qué te sientes sola? Tener una pareja no es la única manera de estar acompañada y de recibir atención y mimos. Un amigo, un familiar, incluso un desconocido puede alimentar nuestra alma. Obviamente una relación romántica tiene ingredientes que no se encuentran en otro tipo de relaciones, pero si, por ejemplo, la intimidad física y la necesidad de contacto corporal –por mencionar solo dos aspectos a los que les solemos dar mucha importancia en este tipo de relaciones– son tu termostato para determinar si te sientes o no «sola» en una circunstancia dada, yo diría que definitivamente tienes una carencia que no resolverás teniendo una pareja. Existen muchas clases de contacto que podemos compartir dentro de muchas clases de relaciones. Podría ser que lo que te hace falta no sea relacionarte íntima e intensamente con una sola persona, sino relacionarte mucho más con varias otras personas, a diferentes niveles y sin que exista necesidad de una profunda intimidad. Nuestras carencias afectivas no provienen de un único sujeto, vivimos en una red de relaciones y todas nos afectan. Los humanos funcionamos así. De hecho, como lo planteo aquí, podría ser que la relación que te hace falta sea tu relación contigo misma. Quizás sea esa la relación que tienes abandonada y la que realmente necesitas cultivar, de una manera mucho más íntima e intensa que la que hayas tenido con nadie más. Cierro el paréntesis].
En algún momento de nuestras vidas —en varios, en realidad— nos topamos con ese vacío que sentimos cuando no nos creemos completas. Es un vacío inmenso, sin nombre, una nada oscura que llevamos adentro y en donde no nos apetece lanzarnos. Nos da horror su sola existencia. Es tan inasible que nos aterroriza mirarla de frente. Así que le ponemos un montón de significados, de nombres y de complicadas teorías. Pero como darle nombre o explicarla no la desaparece, un día decidimos que hay algo externo que encaja perfectamente para cubrir ese vacío, para no verlo. Para «llenarlo», nos mentimos. Y entonces estamos perdidas en la contemplación de ese algo externo (que puede ser muchas cosas: una carrera, un trabajo, un hijo, una pareja, una adicción), y juramos que eso nos completa, que sin eso no somos nadie, que somos incapaces de vivir en su ausencia y que alejarnos de aquello sería la muerte. Muy en el fondo, donde podemos ignorarlo, sabemos que cuando eso externo nos falte tendremos que enfrentarnos otra vez con nuestro vacío.
Y entonces la vida te quita tu apego.
Deberías agradecerlo, pues se trata justamente de una lección de desapego. «¡Momento! ¿Agradecer que perdí el diamante que le daba sentido a mi vida? ¿Es broma?». No, no es broma. Perder ese diamante es la manera que la vida usa para decirte: estás completa, eres suficiente, tienes todo lo que necesitas en ti, no necesitas proyectar tu valía en nada externo. Ya estás bien y no necesitas nada más. Pero tú te resistes. Pataleas, lloras, te deshaces en lamentos. «No puedo sola, no sé cómo, no tengo lo que necesito, me hace falta… [rellena tú misma aquí con eso que sientes que te hace falta]».
No te hace falta nada. Si acaso hay algo que te hace falta es observarte a ti misma para comprender que estás completa. Que es el amor que no te das tú misma el que te hace falta, que es la atención que no te otorgas a ti misma la que te duele, que son los mimos que no te prodigas lo que te hiere. Que la vida te está pidiendo que regreses a ti, que te pongas atención, que hay algo que necesitas resolver contigo antes de tratar de resolverlo afuera. Porque si lo que buscas no proviene de ti misma no habrá manera de que lo encuentres, y si es que lo encuentras (porque sí que somos poderosas aunque estemos perdidas), entonces no lograrás sostenerlo mucho tiempo, se te irá de las manos, porque no tendrá base en ti. Hace falta centro (el tuyo propio, tu punto medio, el verdadero autoconocimiento) para construir a partir de ahí una estructura duradera. Tu centro es el pilar de tu casa, la física y la simbólica. Tu centro es lo que te sostiene a ti, lo que te hace bien, lo que te eleva, lo que te hace sentir conectada.
Tu centro es tu paz, tu alimento y tu energía. Lo que te gusta, lo que te llena, lo que te apasiona. Una vez que lo encuentras, todo lo demás comienza a gravitar alrededor tuyo. No tienes que buscar, ni perseguir, ni luchar por alcanzar nada. Lo que necesites vendrá a ti porque ya te lo sabes dar a ti misma. Y quizás entonces encuentres la carrera que sí te apasiona, por la que soportarás las trasnochadas y sacrificios sin abandonar; o la pareja que verdaderamente te ayudará a crecer y desarrollarte y para la que tú serás también una maestra y una luz; o surgirá ese trabajo soñado que realizarás cada día con una sonrisa en los labios y el corazón inspirado. Y como te sentiste completa antes de encontrar estas cosas, no te aferrarás a ellas como si no tuvieras nada más en el mundo, y no te harás daño. No esperarás que nada externo te alimente porque te alimentas a ti misma, no necesitarás que nadie te descubra porque ya te conocerás lo suficiente. Y ese centro traerá a ti lo que hoy crees que te hace falta.
Cuando te enfocas y te ocupas de ti, puede que incluso te des cuenta de que eso que tan afanosamente buscabas afuera ya lo tenías y no te habías dado cuenta. Puede que justo ahora no lo parezca, pero una vez que te encuentres a ti misma [o que por lo menos encuentres ese centro propio del cual sostenerte cuando tu equilibrio flaquea], lo que ahora parece inmutable se transformará a tu alrededor y se desvelarán ante tus ojos las joyas que resplandecen en la oscuridad de tu interior.
Porque, no nos engañemos, conocerte te llevará a profundos rincones de tu personalidad, a lugares que se sienten tenebrosos vistos de lejos, a los que quizás no quieres acercarte. Tendrás que adentrarte en ese vacío oscuro que te aterraba tanto. Tranquila. Simplemente no te resistas y atraviesa firme la zona oscura. No será eterna, te lo aseguro. Te darás cuenta de que lo que parecía un negro y tenebroso agujero en realidad era la inmensidad de tu espacio interior infinito, lleno de bendiciones y posibilidades. Y cuando salgas al otro lado te preguntarás por qué no emprendiste antes el camino. Y entonces agradecerás que la vida te haya quitado lo que te estaba distrayendo de ti, y quizás incluso te darás cuenta de que en realidad nunca estuviste separada de aquello que aparentemente se alejó.
Desapegarse es soltar lo que no es tuyo.
Soltar es completarse.
Soltar es conocerse.
Soltar es amor.
Soltar es libertad.
Soltar es, en realidad, abrazar lo que estamos soltando.
Porque, ya lo sabes, todos somos uno.
«Lo que más miedo nos da no es ser incapaces. Lo que más miedo nos da es ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta».
Marianne Williamson, Volver al amor.