Mujeres en círculo contando historias de sol y de luna
Círculo cuadragésimo séptimo
Luna en Capricornio, tres días después del plenilunio,
julio 4, finalizando la primavera del año de la Cabra de Madera (2015 E.C.).
En Benkos, lugar de música y encuentros.
Historias de sol y luna.
La noche comienza con una confesión. Historias que deben ser contadas. Palabras que deben ser sacadas. Lo que se comparte en el círculo se queda en el círculo. Pero siempre hay una sabiduría que sigue circulando hacia afuera, a tocar otras esferas. Esos ecos son los que siempre registro aquí.
Como que nada está dado de antemano y nada es seguro, la vida es siempre cambiante, siempre distinta. Lo que hoy creías inmutable mañana es incierto. Vivimos en este universo y todo es complejidad y misterio. El torbellino que vemos a nuestro alrededor podría ser consecuencia del aleteo de una mariposa al otro lado del océano. ¿Quién sabe? En cualquier caso, no te aferres. Cuando todo se mueve, lo mejor es mantenerse libre. Como dice la canción (es mi verso favorito): Cuando el mundo tira para abajo, es mejor no estar atado a nada.
Sol y luna son opuestos, son reinos distintos, son padre y madre, hombre y mujer, masculino y femenino, luz y sombra, claridad y misterio, fuerza y suavidad, grito y silencio. Son tan distintos que son complemento, quizás por eso no se puede elegir entre uno y otro, pues no es una competencia. Y no debería serlo. Así que no lo hicimos.
Hablar de la luna entre mujeres inevitablemente pasa por hablar de la menstruación. Me gusta tener la oportunidad de recordarle a las mujeres que conocer nuestro ciclo es liberador. Que llevar un calendario mínimo donde registremos nuestros particulares estados a lo largo de nuestras fases puede ayudarnos a entender mejor nuestros estados de ánimo, nuestras sobredosis de energía y nuestros bajonazos, cuando obedecen a cambios hormonales. Saber eso no es poco. Conocerse a una misma nunca está de más. ¿No te parece que es buena idea conocer a alguien con quien tendrás que vivir toda tu vida? Es, cuando menos, sensato y nos facilita la vida un montón.
Y conocernos como mujeres implica dejar de rechazar lo que dentro de nuestros vientres permite la gestación de nuevas vidas, pues eso forma parte también de nosotras. Por eso me gusta sugerirle a las mujeres que busquen maneras más amables de relacionarse con su mentruación, maneras que le quiten a la sangre ese carácter de suciedad, de desecho, de algo que merece ser tirado a la basura. Me gusta recordarles que la sangre menstrual se puede sembrar en la tierra y es un excelente fertilizante. No tienes que tener un propósito espiritual o un complicado ritual, ni creer en nada particular para hacerlo. La premisa básica es: todos los nutrientes con los que alimentaste la sangre que sale de tu útero salieron de la Tierra. Se trata de devolverle lo que ella proveyó. Es un principio similar al de permitir que el agua fluya en su ciclo sin contaminarla. Después de todo, la sangre es el agua de nuestros cuerpos.
Por eso me gusta recomendarles el uso de toallas de tela, de esponjas o de copas menstruales como alternativas más amables y ecológicas que las toallas desechables. Lo que no les quita eficacia: la copa menstrual es bastante más cómoda que las toallas higiénicas (sean desechables o de tela) para mujeres de ciudad y bastante más sana y segura que los tampones. Solo implica que te relaciones más con tu cuerpo, con tus órganos sexuales y con tu sangre. Si te embarcas en el camino del autoconocimiento y eres mujer, no puedes dejar esta cuestión por fuera. No profundizaré más en estas alternativas pues en internet ya hay bastante información al respecto. Si alguna está interesada en comprar alguno de estos productos, estas alternativas están cada vez más a la mano.
Cositas todas estas que nos van cambiando la percepción sobre la feminidad, que van mejorando la imagen que tenemos de nosotras mismas (y que para las mujeres «normales» de esta sociedad está por el suelo) y de paso van sanando la relación rota que tenemos con las otras mujeres.
Los círculos de mujeres nos empoderan, nos fortalecen, nos sostienen y nos sanan. Pues el tejido no lo puede hacer una sola. Todas somos tejedoras, todas sabemos unir. Encontrémonos nuevamente en el círculo de la unidad y recordemos lo parecidas que somos. Somos hermanas, somos amigas, somos comunidad, somos familia. Y esta familia cada vez crece más.
Gracias, mujeres, por su presencia en mi vida.
Reunidas:
Recomendados del círculo:
- Libro Mujeres que corren con los lobos. Clarissa Pinkola Estes.
- Libro El Millonésimo Círculo. Jean Shinoda-Bolen.
- Documental La Luna en ti. Mentiras y verdades sobre la menstruación.
- Blog El camino Rubí, de Erika Irusta, acerca de nuestro ciclo menstrual y las cuatro (y más) mujeres que somos.
- Productos Madreselva. Toallitas y protectores diarios de tela. Copas menstruales y otros productos para mujeres.