Círculo de sueños
Círculo vigésimo octavo.
Noche del 13 de febrero del Año de la Serpiente 2013.
Círculo femenino de sueños.
¿Dónde fue? En la casa de Sonia (Bogotá).
¿Cómo se convocó?
Mujeres en círculo compartiendo sueños
Celebrando la llegada de la Serpiente.
Los sueños que tenemos dormidas y despiertas, imágenes, aventuras oníricas, pesadillas, anhelos, futuros posibles, ensoñaciones… reunidas en círculo para recordarnos, sanarnos y compartirnos… tejido de saberes y sentires.
¡Para que soñemos nuestro cambio de piel!
Algo sobre el círculo…
Soñar. Ensoñar. Visualizar. Fantasear. Recordar.
Sueños con el fin del mundo. Sueños sin rostro. Pesadillas con brujas que te persiguen. Pesadillas para sabotearte a ti misma. Soñar que vuelas, que saltas edificios {¡soñar que puedes volar pero que te olvidaste en casa la ropa interior…!}. Varias personas que se encuentran en un sueño y sueñan lo mismo. Sueños premonitorios. Conocer en los sueños a alguien que luego conoces en la Vida Real (*). Tener sueños lúcidos, en los que sabes que estás soñando. Tener un déjà vú {¡como el que una de nosotras tuvo anoche!}. Ensoñar mientras estás despierta. Soñar con serpientes {una serpiente que se transforma en un perro debe ser más amigable que un perro que se transforma en serpiente…}.
Todas estas imágenes son parte del mismo mundo intangible que parecemos explorar y sentir cada noche cuando vagamos por el mundo del Otro lado del espejo, como el lugar mágico que visitó Alicia. O el mundo subterráneo del inconsciente, que compartimos todos desde que el mundo es mundo. Por algo las historias que desde entonces se cuentan tienen la misma estructura, aunque cambien los personajes y las situaciones. Por algo los humanos somos contadores de historias.
Los suami que vivían {y viven todavía} en lo que hoy es Finlandia, tienen un mito que habla de otro mundo, debajo del agua, un mundo paralelo que es espejo del nuestro. En los dibujos rituales aparece en negativo {si este mundo es luz, aquel es sombra} y es el mismo mundo donde suceden los sueños.
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Tómense, por ejemplo, dos recuerdos cualesquiera: uno de algo que hayamos experimentado y otro de algo que hayamos soñado. Mientras más vívido y real haya sido el sueño, tanto mejor. Examínense ambos recuerdos atentamente. ¿Cuál sería la diferencia entre ellos? Una vez vividos, una vez soñados, ambos son tan intangibles e irreales que bien podrían ser mentira, ambos. Incluso si los comparo con algo que simplemente imaginé, no habría modo de distinguirlos objetivamente. Lo que viví, lo que soñé y lo que imaginé lo recuerdo con el mismo nivel de «realidad». Serían, pues, realidades paralelas. Entonces, ¿por qué menospreciar nuestros sueños como si fueran menos reales que esta realidad? ¿Por qué darle más importancia a nuestros problemas de la Vida Real que a los que aparecen en nuestras pesadillas? Si todo está relacionado con todo, si todos somos uno, entonces tu Vida Real se relaciona con tus sueños, con el universo, con la realidad.
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Sueño una pesadilla. Mi pulso se acelera, mi corazón se encoge, mis entrañas se tensan, mi ánimo se desequilibra, las lágrimas asoman y se siente igual que si tuviera un muy mal rato en la Vida Real. No hay diferencia en los recuerdos que deja una pesadilla y los que deja una desgracia vivida. Mi cerebro los recuerda como vivencias, sensaciones. Pero cuando despierto de la pesadilla el entorno angustioso se esfuma, y en medio del alivio que produce la conciencia de la Vida Real, las sensaciones desagradables se van desvaneciendo. Así que me pregunto si cuando algo nos preocupa en la Vida Real y caemos dormidas no despertaremos al otro lado del espejo con una sensación de alivio… «¡Uffff! ¡Menos mal sólo era una pesadilla!».
He tenido sueños en que me siento despierta, y todo es y se siente como en la Vida Real, y de repente un detalle absurdo me hace notar que estoy dormida y necesito despertarme. A veces incluso me despierto y me digo «¡Ah, era un sueño! Esta sí es la Vida Real». Y pasa un rato hasta que hay otro detalle incongruente y descubro que todavía no me he despertado y que ésa no era la Vida Real. Aquella vez mi primera sensación fue miedo: ¿entonces cómo hago para despertarme? ¿Cómo regreso a la Vida Real? Quizás este sueño que vivimos es un ancla que nos permite tener un punto de referencia en medio de nustros viajes por todos los sueños que soñamos desde que tenemos conciencia.
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Anoche compartimos más que sueños. Empezamos después de una deliciosa charla informal, que entre mujeres está siempre cargada de anécdotas, pequeñas historias, secretos y consejillos. Después de un par de cantos para invitar a que el cambio pueda entrar fluidamente en nuestras vidas, Amelié, nuestra tamborera mayor {que también es la más joven del círculo}, dio el ritmo para que recordáramos nuestros cantos de infancia. Cuando las mujeres cantan juntas, aunque sea una canción de niños, algo se enciende dentro de todas y nuestras voces empiezan a surgir con más fuerza. Incluso cantar solas ayuda a encontrar esa voz interior que nos permite hablarle a los demás con sinceridad y dulzura, pero con la firmeza que hace falta para ser escuchadas {les dejo ese «tip»}.
Dimos la bienvenida al año de la serpiente, regalo incluido. Gracias a Camila, por compartir con todas nosotras tus pequeñas, y muy simpáticas 🙂 serpientes de colores {hechas por una serpiente y un buey} y recordarnos que estos son tiempos de flexibilidad, moverse lento, cambiar de piel, completar ciclos {la serpiente de la espiral} y sobre todo, me parece, explorar nuestra sensualidad. Digo sobre todo esto, pues creo que tanta castración y represión patriarcal nos ha alejado de nuestra relación más básica con lo corporal, y creo que en esa relación encontramos nuestro camino de regreso a la animalidad, lo que nos está haciendo falta para superar la locura que produce un mundo excesivamente racional {donde todo es medido, reglamentado, ordenado y prolijo}. Por eso la cultura occidental le dio un sentido despectivo a la histeria (**), y a las mujeres «raras» las llamaron brujas y fueron quemadas {recordemos que rara en este contexto era cualquier cosa que oliera a feminidad sagrada, desde andar con el pelo suelto hasta las reuniones entre mujeres}.
No es por casualidad que el catolicismo represente juntas a la mujer y a la serpiente {que otras culturas asocian con el conocimiento y la divinidad} aunque las haya rebajado a un lugar maldito y endemoniado {sí, a las dos}. Lo digo pues espero que las mujeres sepamos aprovechar ahora estos tiempos, donde se nos invita a recuperar nuestro lugar sagrado y reconocer nuestro poder femenino {no me malinterpreten: los hombres tienen su poder masculino, no se trata de competir para ver quién es más fuerte, sino de reconocer quién es cada uno y darnos nuestro verdadero lugar}.
La serpiente ha sido relacionada con la mujer a lo largo de muchas culturas. Con el profundo reconocimiento de lo sagrado femenino está recuperar el manejo y el disfrute de nuestra sexualidad. Y si yéndonos un poco por ese lado hablamos de kundalini, la serpiente sería la encargada de unir nuestra materialidad con nuestra espiritualidad, tierra y cielo, femenino y masculino. Tareas tenemos este año, como pueden ver.
Aprovechemos entonces estos tiempos, ya que tenemos la fortuna de poder reunirnos en círculos abiertos de mujeres sin ser quemadas por ello. {Que brujas seguimos siendo, sin verruga verde ni sapos en el caldero, pero con la magia de reconocer lo poderosas, valiosas y hermosas que somos, y lo que podemos hacer con todas esas cosas para que el mundo sea mejor para todos}.
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No es por casualidad tampoco esto: hoy, 14 de febrero, mientras escribo esto, se celebra en todo el mundo la jornada One Billion Rise Up en la que se pretende que millones de personas {hombres y mujeres} se levanten y bailen en contra de la violencia de género. Porque esa es una batalla que no se puede luchar a través de la rabia y la protesta, sino a través de la seducción y la invitación. Por algo somos mujeres…
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Johanna Pérez quería asistir al círculo, pero la espiral la dejó en otro lado. Ella está especializándose en el campo de la interpretación de sueños y publica un blog donde se pueden encontrar consejos y maneras de explorar el mundo onírico. Para las que estén interesadas particularmente en el tema, está vigente la rifa de una clase gratuita de interpretación de sueños, siguiendo este vínculo.
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Creo que lo dije anoche: no me gustan las ceremonias rígidas, algo que he confirmado en mi vida reciente. Ayer no tenía un libreto preparado para el círculo, y ni siquiera había pensado en una historia mía (***). Y sin embargo, en medio de la sencillez, el calor y la magia que siempre obramos las mujeres cuando nos reunimos en círculo, no hizo falta tener nada preparado. Bastó dejar que la espontaneidad zumbara en el aire, tanto que una pequeña tigresita con su alegría revoloteante bautizó el año, la sala y la música con el agua de las flores que nos acompañaban desde un rincón {fue una buena sugerencia para sacar las flores a la luz y permitir que el cambio entrara de nuevo a la casa, pues nunca debemos dejar de movernos}.
Les recuerdo que son siempre bienvenidas a los círculos, sin importar si llevan meses sin asistir…
Feliz año nuevo para todas.
(*) Llamaré «Vida Real» aquí, así con mayúsculas, a lo que entendemos como vigilia, o el espacio vital que compartimos cuando no estamos dormidos. Y hago esta claridad porque cada vez estoy menos convencida de que sea diferente de los sueños… {Volver arriba}
(**) ¿Y a alguien se le ha ocurrido que el sentido literal de histérica sería «mujer que está fuertemente conectada a su útero»? {la raíz griega de la palabra es matriz, útero… recuerden el significado de histerectomía}. {Volver arriba}
(***) Hoy recordé un sueño que tuve hace muchos años, uno de los más inquietantes que he tenido, cuando soñé con la capa de Mitral. Hubiera querido leerlo anoche en el círculo, pero se me ocurrió hasta esta mañana. En cambio, lo transcribí hoy para todas, directamente de la libreta en la que lo escribí hace casi diez años cuando lo acababa de soñar. Lo comparto como testimonio de lo detallado y significativo que puede ser algo tan intangible como un sueño… http://somniando.blogspot.com/2004/09/sueno-con-la-capa-de-mitral.html. De paso pueden echar un vistazo a ese blog, que actualizo cada que puedo {lo sé, no es mucho} pero que ya deja ver un buen puñado de historias oníricas sacadas fresquiticas del otro lado del espejo. {Volver arriba}